Para obtener un buen efecto el flequillo debe formar parte del corte. Por lo tanto tienes que comenzar por el peluquero. El flequillo tiene que nacer en la parte superior de la cabeza y unirse con el pelo de cada lado, tanto si está capeado como desmechado. Un flequillo bien cortado es fácil de peinar; ni siquiera hace falta cepillarlo.
Qué hacer:
Qué no hacer:
Si es redonda:
Apuesta por un flequillo recto o corto, este les va muy bien a las caras redondas y gorditas, porque "permite estructurar el rostro y aporta encanto y carácter a las caras redondas".
Si es cuadrada o triangular:
Elige un flequillo desmechado o un poco largo estos flequillos son ideales si se tiene la parte inferior del rostro muy cuadrada. Gracias a su movimiento y por ser más aireados, suavizan el rostro".
Si es alargada:
Elije un flequillo asimétrico, es el que mejor se adapta a este tipo de rostro. "Ayuda a romper la longitud y da estilo. El otro tipo de flequillos haría más evidente esta particularidad pero sin realzarla positivamente como lo hace este corte".
Si tu cabello es grueso:
El flequillo espeso está hecho para ti, este flequillo pone en valor la naturaleza del cabello y es muy fácil de peinar. Por el contrario, si la cara es rectangular no es aconsejable, porque la haría muy pesada".
¡Cuidado!
Si tienes una frente pequeña o un remolino es mejor que te abstengas. El flequillo sobre una frente estrecha hundiría la cara y no tendría el efecto deseado. Respecto del remolino, a menos que seas una maestra del brushing, tendrás que acudir al peluquero para que lo domine y ni siquiera así el resultado sería el ideal.
A pesar de la mala fama que las precedió durante años, hoy en día las planchas de pelo no sólo no son perjudiciales para el pelo, sino que, bien utilizadas, además de permitir moldear el cabello al gusto, cuidan y conservan el aspecto saludable del cabello.
A continuación os daremos algunos consejos para utilizar la plancha de pelo correctamente:
Prepara tu cabello
§ Cepilla bien el cabello y retira los restos de suciedad, grasa o productos de antes de pasar la plancha: podrías dañarlo.
Para conseguir un pelo manejable que responda a la plancha y permanezca con buen aspecto después de aplicarla, es básico un buen lavado y acondicionamiento previo: un buen champú y acondicionador. preferentemente hidratantes, para compensar la pérdida de agua del cabello al estar sometido a calor.
Aplica un protector térmico justo después del lavado y antes del uso de la plancha, preferentemente sobre el cabello húmedo para una mejor absorción del producto. El protector térmico no sólo protege el cabello, sino que, además, prolonga la duración del peinado.
Seca el cabello por completo. Aunque actualmente existen planchas que no dañan el cabello húmedo, el planchado tendrá mejores resultados con el pelo bien seco.
La mejor plancha
§ Elige una buena plancha. No escatimes en una buena styler, ya que no sólo se reflejará en los resultados y tiempo de utilización, sino en la salud de tu cabello. Las planchas con placas de cerámica producen iones negativos y calor infrarrojo indirecto mucho más suave para el cabello, que sella los folículos pilosos para preservar la humedad y conseguir un mayor brillo y salud. Las placas de titanio tampoco dañan la estructura capilar.
Las planchas de barril (cuerpo) redondeado son perfectas para crear rizos, ondas y lisos perfectos sin dejar marcas.
Temperatura
No utilices más calor del necesario cuando planches tu pelo. Parte de una temperatura más baja para ir progresivamente aumentándola si fuera necesario.
Una temperatura correcta para planchar el cabello oscilaría entre los 150º y los 200º.
Utilización de la plancha
Coge pequeños mechones. No intentes planchas demasiado pelo de una pasada. Ello conllevará un reparto desigual del calor y, por tanto, un acabado desigual. Obtendrás mejores resultados con pequeñas secciones.
Cuando tengas tu mechón escogido, presiónalo entre las placas y desliza la plancha a través de él hasta las pintas, con un movimiento uniforme y moderadamente rápido. Intenta que la plancha no permanezca demasiado tiempo en un mismo punto. Con la práctica, averiguarás cuánto tiempo necesita tu pelo para quedar perfectamente planchado. Normalmente, los cabellos más gruesos necesitan de un mayor tiempo de planchado, mientras que, para los finos, con muy poco, basta.
Si, en lugar de alisar, quieres ondular el cabello, coloca la plancha evitando las puntas y gírala, enroscando el cabello alrededor de ésta, llegando hasta donde quieres que comience la ondulación.
Acabado
Prolonga el resultado con un spray de acabado que fije el peinado.
Mantenimiento de la plancha
Cuida tu plancha. Es una herramienta delicada y valiosa. Trátala como se merece, leyendo atentamente las instrucciones de uso, evitando apoyarla en lugares no indicados, golpes o un mal transporte.
Limpia tu plancha de vez en cuando, siempre siguiendo las indicaciones del fabricante y evitando productos abrasivos que dañen las placas. Y, por supuesto, siempre con la plancha desenchufada.
Platón dice que es necesario comprender que la belleza de un cuerpo es hermana de la belleza de cualquier otro cuerpo.
¿En qué consiste esa belleza que se reparte, como derramada, por tantos cuerpos?
El poder de esa belleza es tal que aun cuando poseyéramos el cuerpo bello, no quedaríamos satisfechos; la belleza nos arrastrará más allá. ¿Pero a dónde?
En la imagen vemos rostros de mujeres de diferentes razas, pero sin embargo tienen algo en común que los hace bellos. Lo que tienen en común es una proporción geométrica entre los distintos elementos de la cara. Estas proporciones estarán, íntimamente ligadas a la famosa proporción áurea (tan platónica ella) cuya aparición, al parecer, es frecuente en el mundo biológico.
Si la belleza de cada uno de estos rostros es hermana del resto,. Este es su aspecto visible, aunque sólo podrá contemplarse completamente desde un punto de vista inteligible, matemático:
Las líneas rojas de la mascara de la derecha marcan la proporción básica del rostro, según la cual la proporción entre la distancia entre los ojos y la longitud de la boca tiene que ser ¡la proporción áurea! Proporción que también debe mantenerse entre la longitud de la boca y la distancia de la boca respecto a la línea de los ojos. Veamos qué ocurre cuando aplicamos la máscara a los rostros de antes:
el que a unas proporciones las veamos bellas y a otras feas no es una mera cuestión de gustos, sino que se trata de que unas son objetivamente bellas y otras objetivamente feas. No depende de la educación, de la cultura ni del status social, simplemente es así.
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